![]() |
|
![]() |
La vida de Juanelo Turriano (1500? - 1585) es fascinante. José Antonio García-Diego (1920 - 1994) escribió
una excelente biografía de este sabio del Renacimiento: "Los relojes y automatas de Juanelo Turriano", Albatros
Ediciones, 1982. Existe versión inglesa de la obra con el título: "Juanelo Turriano Charles V´s clockmaker; the man and his legend";
Editorial Castalia, 1986. Relojero de Carlos V Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, constructor de autómatas, y artífice de los ingenios de Toledo, que elevaban el agua desde el Tajo hasta el alcazar de Toledo, la figura de Juanelo sin duda será interesante para todo aquel interesado en la Relojería. Leemos en la biografía de José A. García-Diego: [...] "Entre el emperador y el artífice se estableció una relación de amistad, muy rara entre alguien que creía reinar por derecho divino y un súbdito que además era artesano. Pero de ello hay pruebas. |
![]() |
Un error que se observa con cierta frecuencia es el de la colocación de etiqueteas o cintas
adhesivas sobre las cajas de los relojes. Se trata de una práctica errónea, dado que al retirar
dichos adhesivos suele quedar en los relojes la antiestética marca de los mismos.
Si las cajas son de madera, al despegar el adhesivo, se arranca parte de la capa superficial
de la caja del reloj.
(seguir leyendo ...) |
![]() |
En el Santander del medievo, un reloj destacaba desde lo alto de la torre de la Catedral, señalando las horas
en las que se distribuían los días y la vida de los habitantes de la villa santanderina. Cuenta la tradición,
que al irse edificando las casas que frente a la colegial y mirando al sur daban la cara al mediodía,
cada vecino intentaba poder "robar" un metro más de calle, para poder contemplar el reloj desde su misma casa. Se iba pues, cerrando la calle, estrechándose rúa arriba, hasta casi adosarse el antiguo Ayuntamiento y la Iglesia de la Compañía, recién construida a principios del siglo XVII; más arriba, el palacio de los Riva Herrera también avanzó y al llegar a la subida de Santan Clara comenzaban a retrepar camino de la Alta apiñándose casuchas y huertos, siempre con el ojo abierto al sur para contemplar la esfera del reloj "comunal". (seguir leyendo ...) |